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Tardaron 22 horas en recoger el cadáver de un venezolano muerto por COVID-19 en Perú

Eduardo Domínguez (29) murió el 1 de junio en el cuarto donde vivía con su esposa y dos hijos. Parientes denunciaron que Minsa les indicó que «le entregarían las cenizas un mes y medio después».

Lima, Perú, 05 de junio de 2020 (ND58).- Los gritos de desesperación de la venezolana Ana Aponte acabaron con la tranquilidad en la residencia, ubicada en el jirón Pinar del Río, en San Martín de Porres, Perú.

Su esposo Eduardo José Domínguez, de 29 años, estaba luchando descomunalmente por respirar y ganarle la batalla al COVID-19. Era asmático. No pudo.

A la 1:00 de la tarde del 1 de junio engrosó la lista de fallecidos. Perú es el segundo país en América Latina con el mayor número de casos de coronavirus, después de Brasil, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.

De acuerdo con en el Ministerio de Salud peruano, hasta este de viernes 5 de junio, se registraron 187.400 enfermos y 5.162 muertos.

Dafri Escalona, familiar de la víctima, denunció que el cadáver permaneció por 22 horas en el casillo de la residencia a la espera del equipo especial para su traslado. «El Minsa fue a recoger el cuerpo luego de 22 horas. Dijeron que se lo llevarían para su cremación y entregarían sus cenizas en un mes y medio, pero que no era seguro que fueran de él, porque hay mucha demanda. Es por eso que la familia decidió pagar por la cremación y así obtener sus restos», declaró Escalona para DIGITAL 58.

La muerte de Domínguez, quien tenía dos años y medio viviendo en Perú, se conoció rápidamente por las redes sociales, luego de que sus familiares y vecinos imploraron para que levantaran el cadáver y, al mismo, tiempo pedir colaboración para cremarlo.

Uno de sus vecinos contó los últimos minutos de lucha de este venezolano: «Él se sentía mal desde hacía varios días, pero el lunes se complicó. Su esposa comenzó a gritar por ayuda para llevarlo a un hospital porque no podía respirar bien. Ella trató de darle respiración boca a boca. Después de llamar a tantos entes y personas que nos ayudaran, llegó una ambulancia; los paramédicos le pusieron oxígeno, pero no reaccionó. Ellos declararon el deceso y se fueron», detalló Carlos Becerra, un connacional que lo auxilió.

Eduardo Domínguez

«Estamos preocupados porque a las 20 familias que vivimos aquí no nos han hecho las pruebas de COVID-19. El Minsa solo tomó muestra de la esposa de Eduardo», expresó el joven venezolano.

Se conoció que gracias a la ayuda de muchos se logró conseguir el dinero necesario para darle un digno último adiós a Eduardo. Y este sábado sus cenizas serán entregadas a su esposa, quien ahora deberá salir adelante con sus dos pequeños hijos de 8 años y el otro de 12 meses.

Escalona contó que Domínguez había estado trabajando en el distrito de Chorrillos, al sur de Lima, por lo que cree que el traslado constante desde su residencia hasta el lugar de trabajo lo expuso al virus.

Ahora la familia implora por ayuda para sus dos pequeños que quedaron desamparados, pues su esposa está desempleada desde el inicio del asilamiento obligatorio, que rige desde el 16 de marzo.

Para quienes deseen colaborar, pueden comunicarse al +51 991910826 o al +51 917 072 903

Redacción: Marian Chávez Castro, corresponsal en Lima, Perú.
Edición: Villasmil, Henry
Gráficas: cortesía Carlos Becerra

 

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