#Zulia | Rostros e historias del Jardín Botánico de Maracaibo
El parque fue inaugurado el 24 de octubre de 1983 —hace 39 años—, con una variada vegetación y una fauna aún dispuesta a descubrirse por las grandes hectáreas que lo cubren.
Maracaibo, Zulia, Venezuela, 24 de octubre de 2022 (ND58).- Todos conocemos que la Fundación Jardín Botánico de Maracaibo, Dr. Leandro Aristeguieta, (FJ.B.M) se ha convertido en un lugar de referencia para los habitantes de los tres municipios que le rodean: Maracaibo, San Francisco y Jesús Enrique Lossada.
Hoy, 24 de octubre está de aniversario este gran espacio para la biodiversidad, la conservación, el conocimiento y la innovación.
Es un fascinante espacio para todo tipo de actividad física, como el ciclismo, carreras, competencias, hasta leer un libro bajo la sombra de cualquiera de los grandes árboles, como Baobabs, o estaciarse con la Laguna de Los Lotos, El Castillito, tomarse un rico café y otras atracciones más; todo bajo la administración de una junta directiva que logró la rehabilitación y apertura con un minúsculo grupo de personas que hoy conoceremos sus rostros, porque este gran pulmón verde lo sostienen unas atareadas personitas llenas de un gran sentido de pertenencia que han desarrollado por cada hoja o flor que allí renace o florecen.
Basado en esos principios podemos hablar que este gran espacio que te conecta cuerpo a cuerpo con las 108 hectáreas vivas que tiene el Jardín Botánico de Maracaibo desde hace 39 años, sin olvidar los cuatro días maravillosos de la primavera dorada que nos regala el hermoso amarillo de los cientos e infinitos senderos caminos de Los Curarires que observamos la primera semana del mes de Abril, luego de las lluvias que nos deja Marzo, siendo el más representativo espectáculo natural que enorgullece a los zulianos, luego de El Relámpago del Catatumbo, el Lago de Maracaibo, la Sierra de Perijá y la Cienega Los Olivitos.
Rostros e historias
Sin discriminaciones por oficios o faena que cada quien desempeñan, comenzamos con el señor Domingo Ramírez.
Lleva siete años en el Jardín, en las áreas de mantenimiento y vigilancia de los estacionamientos. Su amor por esos espacios le hacen ser muy feliz. «Tan feliz como estar en mi casa, incluso tengo ganas de mudarme para acá».
Juan Marrufo. Ingeniero agrónomo, jefe de mantenimiento del Jardín Botánico de Maracaibo, poseedor de un extenso currículum profesional y académico, tiene nueve años de entrega plena a este pulmón verde.
Fue profesor de Autodesarrollo de la Facultad de Agronomía. Entre sus reconocimientos destaca el premio Odebrecht de Venezuela para el Desarrollo Sostenible del 2011 y muchos reconocimientos más. «Siento que cada una de las hectáreas del Jardín nos necesitan a cada uno de nosotros, luego de la reapertura el compromiso es seguir trabajando, dándolo todo por nuestros visitantes. Creo que el trabajo ya está hecho, ahora todo depende de los ciudadanos que nos visitan para disfrutar de estos espacios».
Javier Zabala. Se inició como obrero, logró su título de ingeniero agrónomo en el 2018. Comenta que durante dos años pasó momentos de salud muy difíciles, pero aún así, eso no lo detuvo en su compromiso con la recuperación del parque. «Todo lo que hacemos aquí es por amor, porque lo sentimos nuestro. Todos los miembros de la directiva son como nuestros padres».
Triger Labrador. En la actualidad cursa 8º semestre de Agronomía, tiene nueve años en el Jardín. Su vida está dentro de las 108 hectáreas de este extraordinario espacio verde de Maracaibo. «Desde los 19 años sentí que este era mi lugar, mi espacio y mi vida entera. El Jardín es mi casa, mi familia se fue del país y yo preferí quedarme porque sentía que aún podía aportar algo por mi país, sobre todo por este espacio donde la gente puede venir a disfrutar, escaparse de los problemas de la ciudad y ser feliz en plena libertad. Me siento arropada por cada árbol y apoyada por cada uno de los compañeros que laboran aquí. La gente quedó impactada por el trabajo que se hizo y yo fui parte de eso, luego de 10 años de estar cerrado».
Hernando Díaz. Llegó al jardín el 1ero de Febrero del 2021, realiza labores de vigilancia nocturna y mantenimiento.
«Me encanta cada hora que le dedico a cada espacio. Quiero que la gente siga paseándose enamorada de todo lo que rodea estas 108 hectáreas». Califica a sus jefes y compañeros de trabajo como buenos y solidarios amigos.
Narciso Boscán. Tiene dos años en el jardín. Desarrolla trabajos de desmalezamiento, siembra y vigilancia nocturna.
«Yo me siento un árbol más del jardín, soy parte de estas sorprendentes áreas que nos arropan y nos dan amor, y nos sentimos gratificados cuando cada persona nos visita y nos dan las gracias, por lo estupendo que la pasan acá».
Jesenia León. Tiene cuatro años en plena convivencia entre sus compañeros y todo lo que le rodea. Aprendiendo de cada uno de ellos, lo decreta como la clave en su formación como arquitecto, especialmente en el área del paisajismo.
«Estar acá me ha hecho crecer como persona y como profesional, proporcionándome las herramientas, el conocimiento y sobretodo la práctica. Yo sigo acá porque me encanta este lugar, el saber que tenemos esta hermosura en Maracaibo; el sentido de pertenencia me ha crecido con el tiempo, sobre todo las familias que he conocido y que he ganado».
Jorge Bracho. Se inició como pasante de agronomía desde 1 de noviembre del 2021 hasta el 07 de enero del presente año. Expresa que en todos los espacios hay un mantenimiento permanente y se realiza con la finalidad de conservar todas las instalaciones y las estructuras y áreas verdes.
«Ahora soy trabajador de este lugar que me abrió las puertas para seguir aprendiendo. Uno de mis trabajos favoritos es recibir al público que nos visita, es muy agradable hablar con la gente, enseñarles, educarlos sobre la gran diversidad que tenemos en este hermoso lugar».
Jeimar Arape. Es la más nueva de todos los trabajadores, expresa que desde que llegó se siente como si estuviera en su casa. «Cada día aprendo cosas nuevas, me gusta mucho el ambiente, comparto con mis compañeros de trabajo, me siento muy bien, a pesar de que tengo muy poco tiempo aquí. Siento amor y pasión al trabajo, porque a todo le ponemos entusiasmo y el gusto por lo que hacemos y aprendemos día a día. Me gusta cuando nos acompaña el público, especialmente con los niños».
Yuleiny Castillo Martínez. Noble y muy amable, estudiante de agronomía y de apasionada de cada labor que realiza. Dice que encontró en el Jardín la otra aula de la Facutad de Agronomía. «Me siento parte de la familia Fundación Jardín Botánico, es una experiencia hermosa estar en contacto con la naturaleza y brindarle asesoría y atención a los visitantes, y más que ofrecer conocimiento, para mí es una escuela porque cada día aprendo mucho más del mundo de la jardinería. El Jardín es un libro sin fin».
Domingo Bermúdez. Es uno de los más antiguos en el Jardín. Su amor por cada árbol lo compara con el de la familia.
«Cada día me siento estos espacios como mío. Cuando doy un paso hacia afuera me lo llevo en mi corazón, todos acá son mi familia, tengo los mejores jefes y los mejores compañeros de trabajo».
Redacción ND58 | Fuente: NDP
Edición: Villasmil, Henry
Gráficas: Cortesía Jardín Botánico de Maracaibo