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Francisco: el papa reformista que rompió esquemas en el Vaticano

El papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, fue el primer pontífice latinoamericano y jesuita. Su pontificado, iniciado en 2013, estuvo marcado por una decidida intención de reformar una Iglesia centralizada, enfrentar los abusos sexuales y priorizar a los pobres y marginados.

Jorge Mario Bergoglio, primer papa latinoamericano, falleció a los 88 años tras liderar una década de cambios en favor de los más vulnerables dentro y fuera de la Iglesia.

Vaticano, 21 de abril de 2025 (ND58).- El papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, fue el primer pontífice latinoamericano y jesuita. Su pontificado, iniciado en 2013, estuvo marcado por una decidida intención de reformar una Iglesia centralizada, enfrentar los abusos sexuales y priorizar a los pobres y marginados.

Un pontificado orientado al cambio estructural

Francisco, nacido en Buenos Aires en 1936 como Jorge Mario Bergoglio, asumió el liderazgo de la Iglesia católica el 13 de marzo de 2013, tras convencer a una mayoría de cardenales con un mensaje de renovación.

Desde sus primeras palabras, dejó claro su estilo cercano y su voluntad de cambio: «Se ve que los cardenales han querido elegir al obispo de Roma en el fin del mundo».

Fue el primer papa no europeo en más de un milenio y su nombramiento rompió con siglos de tradición. Su objetivo fue claro desde el inicio: descentralizar el poder de la Curia romana, reformar las estructuras eclesiásticas y responder con firmeza a los desafíos éticos dentro del Vaticano.

La Iglesia de los pobres

Inspirado por las palabras del cardenal brasileño Cláudio Hummes —«acuérdate de los pobres»— adoptó el nombre de Francisco.

Desde entonces, promovió una «Iglesia pobre para los pobres» y trabajó para eliminar privilegios, hacer transparentes las finanzas vaticanas y acercarse a los más necesitados.

En 2022 promulgó la Constitución Praedicate Evangelium, una reforma histórica que reorganizó los dicasterios, fortaleció el papel de los laicos y estableció nuevos ministerios, como el de Evangelización y el de Economía.

Esta última entidad asumió el control financiero para frenar irregularidades.

Lucha contra los abusos y resistencia interna

Uno de los mayores retos de su pontificado fue abordar los casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero.

Francisco implementó protocolos para garantizar la protección de víctimas y sancionar a los responsables, aunque reconoció que el camino por recorrer aún es largo.

Su gestión enfrentó fuertes críticas, especialmente de sectores conservadores. Algunos obispos y cardenales expresaron públicamente su desacuerdo, como en el caso de la carta de los «dubia» o el memorando anónimo atribuido al cardenal George Pell, que calificó su papado como «catastrófico».

Una voz global por la justicia social

Francisco también dejó una marca profunda en la diplomacia vaticana. Intentó mediar en conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania, y fue crítico con la violencia en Medio Oriente, cuestionando incluso si se estaban cometiendo crímenes de lesa humanidad.

Su encíclica Laudato si’ fue una llamada global al cuidado del planeta y la fraternidad universal.

Promovió un diálogo más inclusivo dentro de la Iglesia, aceptando la posibilidad de bendecir a parejas homosexuales y abriendo espacio a divorciados vueltos a casar, decisiones que desafiaron posturas tradicionales.

Cercano, austero y revolucionario

A lo largo de sus 12 años como pontífice, Francisco mantuvo un estilo de vida austero.

Rechazó los apartamentos papales para vivir en la Casa Santa Marta y optó por una comunicación directa, sin ornamentos. Su legado se define por una visión pastoral centrada en la misericordia, el servicio y la justicia.

Redacción ND58 | Fuente: EFE
Edición: Villasmil, Henry
Gráficas: EFE

 

 

 

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