Lacrimógeno, no lagrimógeno
Lacrimógeno, y no lagrimógeno, es la forma adecuada del adjetivo que alude a lo que irrita los ojos y produce lagrimeo. En los medios es común encontrar frases como: «La policía lanzó gases lagrimógenos a los asistentes», «Los manifestantes arrojaron bombas lagrimógenas a las fuerzas de seguridad» o «Es la típica película lagrimógena».
Maracaibo, Zulia, Venezuela, 20 de octubre de 2017 (D58).- El Diccionario académico explica que lacrimógeno («dicho especialmente de ciertos gases: que irritan los ojos produciendo lagrimeo» y, en sentido despectivo, «que mueve a llanto») proviene del latín lacrĭma.
Esta c latina original evolucionó en español a una g, surgiendo palabras, en este caso, como lágrima, lagrimear o lagrimoso. Sin embargo, también era habitual que se mantuviera en paralelo la c etimológica y formara derivados cultos, como ocurre con lacrimógeno (de lacrĭma, «lágrima»), lacustre (de lacum, «lago»), dominical (de dominĭcus, «domingo») o clerical (de clerĭcus, «clérigo»).
Así, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «La policía lanzó gases lacrimógenos a los asistentes», «Los manifestantes arrojaron bombas lacrimógenas a las fuerzas de seguridad» y «Es la típica película lacrimógena».
Redacción con fuente: Fundéu
Edición: Villasmil, Henry
Grafica: cortesía Cristian Hernández / EFE