Entre sudor y lágrimas el sector salud en el Zulia pasa hasta 18 horas en cola por 20 litros de gasolina
Crónica de un trabajador de la salud para poder surtir combustible en Venezuela.
Maracaibo,Venezuela, 10 de Septiembre de 2020 (ND58).- El sector salud es uno de los sectores priorizados para abastecer combustible en esta cuarentena que implementa el gobierno nacional debido a la COVID-19 pero lo que en realidad se vive en las colas para abastecer combustible, es una cruz más que levantan en medio de su calvario.
Muchos médicos y enfermeras hacer kilométricas filas en sus vehículos desde el día anterior para poder abastecer 20 litros del carburante, el dormir dentro de sus vehículos se ha convertido en el nuevo sacrificio que estos héroes de la salud enfrentan para poder cumplir con su trabajo.
Hora 2 de la mañana
Todo inicia con una noche fría y a la intemperie en medio de la inseguridad que reina en la ciudad, los cuerpos de seguridad brillan por su ausencia, la única defensa que tienen quienes deciden pernoctar es cuidarse entre sí, no hay otra forma.
Hora 7 de la mañana
Al salir el sol se inicia la larga espera, ya que en la estación de servicio no abren sino hasta las cuatro de la tarde para atenderlos, deben esperar en medio de altas temperaturas que se dan en la región, el encontrar una sombra se hace difícil, el agua no calma la sed, la humedad del día hace de las suyas, muchos abandonan la batalla debido al calor otros inquebrantables siguen en la lucha.
Hora 2 de la tarde
Cuando anuncian la apertura de la estación de servicio las sonrisas empiezan a verse en los rostros enrojecidos debido al sol, «Ya abrió la bomba gracias a Dios abrió temprano», exclaman muchos.
Hora 4 de la tarde
Es anunciada la apertura de la estación de servicio Carro Chocado pero primero entran los llamados «Apoyos para el estado mayor» todos murmuraban en medio de la impotencia de ver que ingresaban sin tener la penuria de la larga espera, repentinamente nubes negras secuestran el sol y dan paso a una brisa fría que sorprende a los trabajadores de la salud acompañado de la lluvia ligera, en ese momento solo se esperaba el muchacho que marcaba los vehículos muchos comentaban «Ya viene cerca ojalá puedan marcar nuestros carros» se acercaba el momento de abrir la estación de servicio empezaba el nerviosismo por poder surtir combustible.
Hora 5 de la tarde
Al llegar el joven que marcaba los vehículos pone el tan anhelado número y se informa eres el 89 de la primera tanda de 100 y siguió al tiempo marcando vehículos en medio de la la llovizna que presentó el clima, la cola empezó a avanzar de veinte carros en veinte.
Hora 6 de la tarde
La cola se detuvo, no avanzo más, muchos salieron de sus vehículos en medio de la lluvia ya era un poco fuerte, para observar que ocurría, podían divisar que solo estaban pasando la cola de los llamados «Apoyos del estado mayor». La indignación se apoderaba de los presentes se escucho un grito «Por que los pasan sino están haciendo la colaaa» se preguntaban unos a otros, palos y piedras fueron puestos en la carretera como medida de protesta para detener la acción ocurrida, un oficial se acercó y pregunto «¿Quienes son lo que están alzados? Si van a empezar a protestar no les echo!» A lo que uno de los trabajadores de la salud cansado de ver tal injusticia respondió «Pero dejen avanzar la cola que nosotros estamos desde la madrugada no nos dejan pasar».
Hora 7 de la noche
La cola empieza a avanzar de nuevo, y nos empiezan a chequear en la lista de asignación de combustible, ya la oscuridad nos cobija de nuevo, el cansancio se podía observar en sus rostros, el fragor del día pasaba la factura en esos héroes qué arriesgan la vida en los centros de salud.
Hora 8 de la noche
Logramos entrar en la estación de servicio nos dirigimos al joven para realizar el pago, con el «Biopago» en ese momento se observa una joven llorando le informaban que no podían surtir gasolina por que debía realizar el pago el conductor con su propia tarjeta débito fue un momento de tensión, finalmente accedieron a aceptar el pago de la enfermera luego de ver correr sus lágrimas llenas de amargura he impotencia, de ver como a los trabajadores de la salud le ponían esas trabas luego de tantos vejámenes y otros «Apoyos del estado mayor» simplemente ingresaban sin pasar por el «Biopago».
Luego vino el anuncio «Se acabó la gasolina» grito uno de los bomberos. Atrás quedaron más de cuatrocientos compañeros que perdieron ese día sudor y lágrimas solo se observaba frustración, decepción aunado al cansancio de la larga jornada pérdida para algunos.
Redacción: Bastidas, Rafael
Edición: Villasmil Henry
Gráficas: Bastidas, Rafael